Señal inequívoca del tiempo que se acerca, es la clásica estampa de María Stma. de las Maravillas ataviada a la usanza hebrea como hemos podido verla ya dispuesta para la llegada una nueva Cuaresma desde los últimos días del mes de enero. Saya lisa de terciopelo de algodón granate y manto de color azul pavo con vueltas de raso blanco recogido en la cintura componen este atavío, enmarcado el bello rostro por rostrillo de seda salvaje en tono crudo dispuesto a tablas deshechas, lo cual confiere mayor naturalidad a esta vestimenta. Ciñe su cintura antiguo fajín de espolín de seda blanca e hilos de oro con galones y registros, y sobre su cabeza aro de doce estrellas de orfebrería como es tradicional en esta forma de ataviar a las dolorosas en el tiempo de Cuaresma. Rosario, pañuelo y corona de espinas en sus manos completan esta vestimenta ejecutada una vez más por Francisco Garví Fernández, su vestidor, con el auxilio de las camareras de la Stma. Virgen. Así podremos contemplarla hasta la celebración del Solemne Triduo que tendrá lugar en los primeros días del mes de marzo.